Los avances tecnológicos han tenido un impacto significativo en la acuñación, desde la
antigüedad hasta la tecnología numismática moderna. En la antigüedad, las monedas se
acuñaban a mano, lo que requería mucho esfuerzo y habilidad. Las primeras monedas, que
aparecieron en Lidia alrededor del siglo VII a. C., estaban hechas de electro, una aleación
natural de oro y plata.
Con el desarrollo de la metalurgia y la tecnología, la acuñación de monedas se volvió más
precisa y eficiente. El Imperio Romano utilizó prensas mecánicas, que aumentaron la
producción y mejoraron la calidad de las monedas. Las casas de moneda medievales
introdujeron molinos de agua para accionar las prensas de acuñación, lo que también aumentó
la productividad.
Las tecnologías modernas han traído nuevas oportunidades a la numismática. El grabado láser
y el modelado por ordenador nos permiten crear monedas con un alto grado de detalle y
precisión. El uso de nuevos materiales como polímeros y aleaciones compuestas amplía las
posibilidades de crear monedas únicas y duraderas.
Además, la tecnología digital e Internet han revolucionado el coleccionismo de monedas. Las
subastas y bases de datos en línea facilitan el intercambio de información y el comercio
entre coleccionistas de todo el mundo. Las tecnologías numismáticas modernas continúan
desarrollándose, abriendo nuevos horizontes para el estudio y la recolección de monedas.